en coautoría con Nicholas Dunn
TORONTO, 2 de julio (C-FAM) El Grupo de los Ocho (G8), conformado por los principales países industrializados, llevó a cabo su foro anual en esta ciudad la semana pasada y, siguiendo el ejemplo del gobierno canadiense, lanzó una nueva iniciativa mundial sobre salud materno-infantil. La Iniciativa de Muskoka se compromete a «acelerar el progreso» hacia los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) relativos a la salud de las madres y los niños. Si bien el gobierno anfitrión pudo mantener las referencias al aborto fuera del documento final, la iniciativa exige que los países del G8 «se comprometan a promover la integración de los derechos y servicios de VIH y de salud sexual y reproductiva en el contexto más amplio del fortalecimiento de los sistemas de salud».
Desde el anuncio de este plan en el mes de enero, el Primer Ministro canadiense, Stephen Harper, recalcó que la iniciativa no contemplaría el financiamiento del aborto, sino que incluiría el agua potable, las condiciones de salubridad, el mejoramiento de la nutrición y el tratamiento y la prevención de enfermedades. Beverley Oda, Ministra de Cooperación Internacional de Canadá, dijo que el gobierno consideraría el uso de métodos de planificación familiar tales como la anticoncepción, pero reafirmó su oposición al financiamiento del aborto.
Una de las principales metas mundiales de la iniciativa es el «acceso universal a la salud reproductiva para 2015», lo cual alude en forma directa al ODM 5b, polémico objetivo que jamás fue aceptado por los Estados Miembros en las negociaciones de los ODM, sino que sólo fue incluido en el anexo de un informe elaborado por el Secretario General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
La iniciativa del G8 atrajo el apoyo de organizaciones pro-abortistas, como el Fondo de Población de la ONU (UNFPA, por sus siglas en inglés) y Planned Parenthood. Thoraya Obaid, Directora Ejecutiva del UNFPA, elogió a comienzos de semana la iniciativa, en particular su énfasis en «expandir los servicios de salud sexual y reproductiva».
Cecile Richards, presidente de la Planned Parenthood Federation of America (Federación de Paternidad Planificada de América), dijo que la Iniciativa de Muskoka es un «importante paso hacia a delante», a la vez que expresó su frustración ante el hecho de que Harper se opusiera a incluir el aborto en el mejoramiento de la salud materna. Según Richards, «no puede haber mejoras efectivas en salud materna sin una atención integral de la salud reproductiva, que incluye el acceso a los abortos legales y seguros».
A comienzos de este año, la secretaria de Estado Hillary Clinton reaccionó tras el anuncio de Harper de que habría una iniciativa para mejorar la salud materna, y dijo: «No puede haber salud materna sin salud reproductiva, y la salud reproductiva incluye la anticoncepción y la planificación familiar, y el acceso al aborto legal y seguro». Más de cien agrupaciones de derechos femeninos adhirieron a esta declaración y redactaron una carta dirigida a Harper en la que lo exhortaron a incluir en la iniciativa el acceso a la anticoncepción y al aborto seguro.
Los partidarios del aborto, por lo general, hacen referencia a un estudio que indica que las muertes maternas pueden ser reducidas hasta en un 70 por ciento si se hace un mayor hincapié en el acceso al aborto «seguro» y en la planificación familiar. Sin embargo, este «estudio» fue patrocinado por el Guttmacher Institute (rama de Planned Parenthood para la investigación) y el UNFPA, los cuales no son, precisamente, una fuente neutral en este tema.
De hecho, la última investigación disponible demuestra que no existen datos verificables que respalden la afirmación de que el aborto mejora la salud materno-infantil y revela que los países con más restricciones al aborto cuentan con los menores índices de mortalidad materna.
La suma que el G8 prometió otorgar a la Iniciativa de Muskoka asciende a 5 mil millones de dólares estadounidenses (que incluyen 1,3 mil millones otorgados por los Estados Unidos durante dos años) más 2,3 mil millones de países que no son miembros del G8 y de la Fundación Gates.
Traducido por Luciana María Palazzo de Castellano
Fuente: http://www.c-fam.org/publications/id.1659/pub_detail.asp