lunes, 13 de julio de 2009

SIN MIEDO AL EMBRION

En la historia de la humanidad ha sido frecuente el miedo a las consecuencias de admitir los derechos humanos y sus implicaciones. En la antigüedad y en los USA del siglo XIX a muchos les parecía que la abolición de la esclavitud generaría el caos social al hacer inviable la actividad productiva. En épocas más recientes, el reconocimiento de los derechos sociales, económicos y políticos de las mujeres y su equiparación al varón, parecía a muchos que disolvería la familia, la sociedad y la moral. Siempre miedo a los derechos humanos.

Hoy este miedo se presenta en muchos de nuestros contemporáneos frente al reconocimiento del embrión humano como uno de nosotros, un ser humano con idéntica dignidad y derechos que los demás humanos de otras edades. Lo conocemos; sabemos de su vida, hora a hora, día a día, desde la fecundación; somos conscientes de que tiene su patrimonio genético propio que le define, como a cualquiera de nosotros, como un individuo de la especie humana;...pero tenemos miedo a reconocerle como tal, a tratarle como al individuo humano que es.

¿Porqué el miedo al embrión? Porque tememos que rompa nuestra comodidad y algunas de nuestras costumbres: ya no podrá utilizársele como “material biológico” para la experimentación, ya no podremos destruirle para obtener células madre, ya no podremos actuar como si no pasase nada cuando amenazamos su vida con anticonceptivos de doble efecto o con la píldora del día después, etc. Pero a cambio seremos más justos, ganaremos en dignidad y compromiso con los derechos humanos.

El reconocimiento de los derechos humanos no puede subordinarse –trátese de la esclavitud, de la mujer o del embrión- a consideraciones económicas, al avance del conocimiento científico o a la comodidad de los demás. El embrión, ese gran desconocido hasta hace tan poco, es uno de nosotros. Hay que abrirse sin miedo a esa realidad y sacar todas sus consecuencias sin prejuicios ni tabús.

Benigno Blanco

Presidente del Foro Español de la Familia

(Columna de Hacer Familia, 2005)

1 comentario:

  1. Yo, desde mi ignorancia y anonimato, me permito el sugerir algunas pinceladas, con objeto de que sirva, alguna de ellas para reducir el numero de nascitorus muertos(sobre todo, siendo completamente indefensos).

    La sugerencia, o, primera pincelada esta enfocada, hacia la posible relacion, en un primer momento, para consecutivamente pasar a , una posible federacion de, Casas cuna (como la de Zaragoza ) y la iniciativa burgalesa con señores empresarios-red madre-y autoridades con objeto de, pasar a iniciar estas inicitivas de Zaragoza o de Burgos y una de ellas de Red Madre en poblaciones/provincias/autonomias cercanas, sobre todo con amistades de los señores empresarios de burgos mas Red Madre y Caritas(como ya recientemente informaba POpular TV) .



    Y otra sugerencia o, apunte y. espero que menos chapucero y confuso, seria el de; asi como existen en Guatemala, MExico, y Argentina , organizaciones de Padres , en defensa de la Familia y la Vida, ¿Seria posible comunicarse co religiosos de otras republicas de Hispanoamerica , para ver la posibilidad, de iniciar, o, propiciar (conjuntamente con señores/as empresarios/as y Caritas mas alguna REd de Vida local puesel intentar crear como grupos dependientes , y posteriormente autonomos -en lo financiero sobre todo- para mas adelante crear na federacion de 1º, centroamerica; y mas tarde de otras partes de Latinoamerica? Y perdon, por la confusa, kilometrica, poco clara y farragosa, a la par que nada clara , exposicion de estas torpes ideas por mi parte(aunque , aseguro, con la mejor de las intenciones pera con la Familia y laVIDA). Y perdon por lo pelma que resulto(UN saludo desde bilbao, barrio de deusto).

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