Sr. Director:
La ministra Aido nos ha obsequiado con una nueva sentencia. A las 14 semanas, lo que hay en el vientre de una madre es un ser vivo pero no un ser humano, y esto no tiene ninguna base científica. Vayamos por partes. La ministra ciertamente es muy joven, y tal vez se haya hecho un pequeño lío. No conozco la preparación científica de la sra. Aido, ni la cantidad de cátedras que pueda tener, pero parece aceptar que el feto es un ser. Si es, tendrá que ser algo, y yo estaba casi segura de que lo que llevé dentro de mí cuatro veces era algo humano, no anfibio o equino, por poner un ejemplo. Estoy convencida de que si le preguntamos a cualquiera de qué especie es el feto humano dirá, obviamente, que es humano. Pero de lo que no se ha dado cuenta la ministra es de la trascendencia de lo primero que ha dicho. Es un ser y está vivo. Es un ser vivo, no un tejido que a la madre le sobra según si quiere o no llevar el embarazo adelante. Y si es un ser vivo es independiente de la madre. Y si queremos que el embarazo no continúe, como es un ser vivo lo que tenemos que hacer es matarle. Gracias, sra. Aido. Por fin nos ha dado la razón a los que creemos que la vida humana está presente desde la concepción y que el aborto es la muerte de un ser humano. Por fin se ha dado ud. cuenta. Enhorabuena.
Iliana Casanueva. Cantabria
Sr. Director:
Ya conocemos todos la opinión de nuestra Ministra de Igualdad sobre la humanidad de los fetos de trece semanas. Como la ciencia, el sentido común, e incluso la metafísica, no me van a permitir aceptar esos dogmas de veinteañera, he buscado, al menos, un punto de encuentro con esta "mi semejante": En que las mujeres son seres humanos ¿estamos de acuerdo?
¿Por qué lucha tanto el Gobierno, dice, contra los "embarazos no deseados"? Porque conducen a muchos abortos, y "abortar" o "tener que abortar" no es plato de gusto para ninguna mujer ¿verdad? Lo digo porque cada año, más de 100.000 mujeres embarazadas padecen en España el no tener más alternativa que afrontar el drama del aborto, y muchas, con un poquito de solidaridad, podrían ahorrárselo.
A pesar de la crisis, son varias las Comunidades Autónomas que están trabajando en leyes de apoyo a las mujeres embarazadas con problemas, y miles los ciudadanos que colaboramos en las asociaciones de la Fundación Red Madre y otras entidades que sí se solidarizan con sus semejantes, y sí les ofrecemos alternativas positivas.
Señora Ministra, si aparta un segundo su "fetofobia" y vuelve a mirar a su alrrededor, descubrirá una cosa: hay miles de mujeres que necesitan ayuda, también de su Ministerio y de su Gobierno, para llevar una vida digna de llamarse humana. Y como seres humanos, nacer, crecer, reproducirse y morir.
Atentamente,
Fernando de Pablo Gómez. Ser humano (aún) Burgos
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